miércoles, 4 de marzo de 2015

"LA CASA DE MI PADRE"



Evangelio Según San Juan 2, 13-25   

Siempre me fue sorprendente, al leer este  evangelio  escuchar de un Jesús molesto, arrebatado y quizás llegando a lastimar con un látigo a algunos vendedores que estaban en el templo; un templo que Jesús llama “la casa de mi Padre”.

Hoy, en la tercera semana de cuaresma, en mi meditación escucho a Jesús diciéndome “Quitad esto de aquí; no conviertas en un mercado la casa de mi Padre”, lo veo enérgicamente sacando, desechando aquellas cosas que han convertido la casa de su padre, que soy Yo, en un mercado, y que no me dejan ser un lugar en donde solo habite su Padre.

“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré” sentía que Era su promesa conmigo. Destruid y Quitad; Tengo que ser Yo la que tome la decisión de sacar las cosas que no me dejan ser el lugar de Dios, pero Destruir conlleva a sentir dolor y a quien le gusta sufrir? Sin embargo venia su promesa: “en tres días lo levantare” resucitare y Tú conmigo, siendo ese templo de mi Padre que desborda amor.

Sintamos en este evangelio  la invitación a escuchar y entender sus palabras, a dejarnos cuidar por Jesús, confiemos en El y tratemos de vivir, porque no, nuestro propio desierto, nuestra cena con amigos, nuestra noche en vela con lágrimas de sangre, nuestro camino con una cruz a cuestas, destruyendo el “Mercado” en que nos hemos convertido, morir para finalmente resucitar con El a una nueva vida,  transformados en la casa de Dios Padre.

Cada día, seamos valientes para que Jesús nos transforme en un Templo en donde solo habite el Amor “Padre, Hijo y Espíritu Santo”.

Por.- Kattia Seclén

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