25/03/15
Es uno de los días más especiales del año para nosotros, es
un punto de referencia en el
tiempo tan importante como el momento del nacimiento de Jesús o como el momento
de nuestro propio nacimiento.
Y estas comparaciones no quedan grandes, porque es a partir
de aquí (25 de marzo) que como cevequianos empezamos a mirar, a contar, a soñar
hacia adelante. Nuestra vida empieza
a trascender.
Nuestra comunidad nos invita a vivir más cerca de Jesús, a encontrarlo en diversos llamados, llamados que no son más que actos de amor, invitación a seguirlo desde:
- El amor a su vida
y a su forma de vivir, identificándonos con él hasta no sólo
querer verle o seguirle, sino dejarle ser (él mismo) en nosotros (que se pueda
ver a través de cada acto nuestro, dejarnos transfigurar por él),
- La manera en la
que Ignacio de Loyola le descubrió y le vivió (entender que es un camino,
un proceso) en la manera en que se dejó amar, se dejó cuestionar, se dejó
seducir, se dejó en las manos de él... para en este proceso "de
camino", como Ignacio, ir encontrándole en maneras más
concretas, "maneras"/ "formas"/ "experiencias"
desde las que Ignacio con profunda acción divina le pudo ir encontrando, se
pudo ir haciendo más libre, es decir más de él, esta vocación es una invitación
a recorrer una historia de amor que por gracia divina aún trasciende en amor a
los demás, y finalmente,
- Desde nuestra
historia (personal y comunitaria), historia de fe que no es sólo nuestra,
sino que es una fe que heredamos, que se nos comparte, que por amor (también)
nos antecede, la fe de nuestros padres, abuelos o amigos, fe que trasciende, fe
que nos hace parte de la historia de salvación, fe que paso a paso hemos ido
haciendo, tallando y descubriendo, fe que nos hace ser parte de una misma
iglesia, que nos hace hermanos, que nos invita a ser discípulos, que nos
hace unidad, llamado a optar por seguir a Cristo bajo su bandera eterna, bajo
su casa, su iglesia (nuestra madre), a seguir a Cristo con todo lo que nos
forma, lo que somos, nuestras decisiones, fallos y sueños... nuestro
presente! desde nuestro pasado hacia nuestro futuro.
Finalmente, la CVX nos invita a seguir a Cristo desde estas
vocaciones de fondo general pero de forma particular, cada uno desde nuestro
hermoso y único ser, desde nuestra
particular novedad... nos invita a ser sus discípulos en el hoy, hoy donde
se juega la salvación de nuestros hermanos, hoy donde se juega la salvación de
nuestra tierra, hoy donde todos nosotros
somos llamados a ser la buena noticia que despierte la esperanza,... amando
a Aquel amor que nos amó primero.
Caminemos amigos! confiados en el amor que nos contiene.
¡Feliz día Comunidad de Vida Cristiana!
Rubén Paredes Ramírez
Presidente CVX Chiclayo
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